Cuando la Guardia Civil recupera obras de arte robadas, no las devuelve a sus lugares de origen, sino que pasan automáticamente a ser titularidad de la Administración General del Estado, quien los deposita en el museo provincial de turno. Esto ha ocurrido, entre otros casos, con los relieves de la ermita visigoda de Quintanilla de las Viñas, depositados en el Museo de Burgos.