Dejar de pintar, permitir al color y a los pigmentos que ocupen por sí mismos la superficie que deseen, reconocer que es el lugar el que crea su propia imagen y traza las formas sobre el lienzo; arrinconar los útiles en el interior del estudio y ofrecerse renovada un día y otro sin desmayo, sin atender al frío o a la lluvia para que cuanto ha sido motivo de su trabajo invierta su posición y se convierta en el autor, en el ejecutor de la obra.

Enlace a la noticia en la web de CAB de Burgos

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies